10/30/2006

El Africanismo

Hablar de africanismo, es remontarme a la historia del Imperialismo europeo. Recordemos entonces, que América sufrió una mezcla étnica, cultural y religiosa, con la llegada de los europeos; que a su vez traían los indios del África en condición de esclavos. Por lo tanto, esta gran mezcla de costumbres, logro dejar una marcada influencia de todo tipo, que con el tiempo pudimos comprender, aceptar e incorporar una nueva e interesante manera de comunicación con lo sagrado, la fuente de todo lo creado, Dios. Todas las religiones nos conducen hacia el mismo objetivo, la creación, la energía universal, la luz divina, y de un Dios. Nos encontramos también con un sin fin de mediadores, que se nos presentan en nuestros caminos, algunos buenos, y otros malos, para llegar a ese conocimiento, y objetivo de lo sagrado. Los africanos, nos dejaron las formas y modos de lograrlo; y de ellos aprendimos que todo lo creado, esta a disposición de todo y de todos, a través de una amplia y compleja galería de poderosas energías, que cumplen su labor y función para con el universo y la tierra. El origen religioso del africanismo es el Candomble, madre de todas las creencias africanas, cuya liturgia es la adoración a las distintas manifestaciones de la naturaleza en sus más variadas formas y representaciones que el hombre pueda comprobar. Estas representaciones de la naturaleza, son los orishas, fuerza superior, que aglomera los diferentes reinos de la creación, como por ejemplo: el mar, las montañas, los ríos, la flora, la fauna, los vientos etc. Entonces, se comprende que los orishas, son divinidades intermediarias entre el Dios supremo y el mundo terrestre, encargadas de administrar la creación, y que se comunican con los hombres a través de vistosos y complejos rituales. Con este criterio de lo Ecuménico, el hombre adopta para sí, una filosofía de vida, que lo contacta directamente con la naturaleza, en todas sus manifestaciones. Los orishas participan en el mundo y en el consciente del hombre, como grupo. Estas deidades del pueblo yoruba son numerosas, y aun, a pesar de todos sus nombres y maneras africanas, nos pueden sonar como familiares; como versiones amplificadas de caracteres de nuestras amistades; como fuerzas o elementos de la naturaleza, como lo hemos experimentado en varias oportunidades, en las noches de tormentas, o mientras nadamos, o ascendiendo una montaña, o simplemente vagando por las calles, o caminando despacio por algún bosque. Los orishas, nos pueden hacer recordar de nosotros mismos en particular, de nuestras emociones en un estado extremo, por ejemplo cuando uno se enamora, o simplemente saberse un ser complejo e impredecible ante cualquier situación que lo exponga a algo limite. Estas deidades tienen mucho para decirnos sobre la personalidad humana. Es como un espejo que nos vemos a nosotros mismos, con todas nuestras potencialidades en virtudes, pero también con los defectos. Para el africanista, los orishas son los guardianes, a través de los cuales uno lleva una vida mas intensa, son los custodios cuyo exceso de energías lleva al devoto a una existencia mas placida y mas equilibrada. Los orishas son nombres propios, formas antropomórficas, dados a los diversos aspectos del poder espiritual, en la creación en que habitamos, en lo cual participar activamente es nuestra mas alta función. Cuanta mayor afinidad se tiene con el orixa de cabeza, mayor conocimiento se tiene, porque es el propio orixa que trasmite esos conocimientos; estos conocimientos se basan en el comportamiento y aptitudes de la vida, de la naturaleza, y de los mundos ocultos y vedados a la mayoría de las personas. A través de la veneración del orixa, uno se relaciona con un grupo de características muy poderosas que dan mayor sabiduría de vida. Siguiendo su dirección, accediendo a sus demandas, el hombre no solo extiende, sino que al mismo tiempo, unifica su personalidad, logrando su propia filosofía de vida. Cuando surgen los inconvenientes, cuando los problemas nos agobian de tal manera, que es imposible continuar... cuando el dolor golpea el alma... seguramente se acudirá, a alguien capacitado, para que a través de algún oráculo, encuentre una respuesta clara, que le permitirá comprenderla y resolverla en el tiempo justo. Los buzios cobran un relevante papel en el arte de la adivinación. Ifa, la fuerza de la sabiduría, con respecto al destino, es consultado para saber que orixa asegurara una conducta firme, a través de la próxima etapa de vida, la imparable evolución de todas las cosas. La visión de la vida sobre la cual la religión africana Yoruba esta basada con respecto a Dios, los orishas y su entorno, responde a diferentes niveles astrales. Un mundo lleno de espíritus... la comunidad de los muertos - los egums - y los vivos, atravesando todo, un principio vital, o fuerza, que pueda de cierta forma, ser aumentado y dirigidos, son las nociones fundamentales del pueblo yoruba. Estos fundamentos contribuyen a la civilización humana universal, por medios de raíces en la plasticidad de sus pensamientos, por la definición de diferencias, por la elaboración de formas distinguidas, todos traídos a la vista por una insistencia sobre la presencia personal. Los orishas son sus logros mas grande e importante, pero, además, los yoruba son los escultores mas prolíficos del continente africano, y su toque de tambor es reconocido por su precisión, complicación e intensidad. El toque de tambor a los distintos orishas, es realizado sobre instrumentos variados y especiales, consagrados a ellos. La percusión, la danza, los cánticos, contribuyen para alabar a los orishas.

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Al reverenciar cada manifestación de la naturaleza, se establece una conexión con las entidades espirituales que habitan en ella, esto es una fuente de poder.