El Yoruba considera el final de la vida en esta tierra, a partir de la concepción que tiene el hombre en relación con "Las Deidades"... El destino final del hombre se dividió en dos títulos: "Muerte" y "detrás de la vida", este último involucra una mirada a "después de la vida", como una idea de Juicio. LA MUERTE El hecho de "muerte" es una cuestión que el hombre se ha esforzado en entender, desde que se comenzó a plantear cuál es su origen, cuál su propósito en la vida. En esto los Yoruba, dan una evidencia clara, de gran respeto, y hasta le han dado un nombre, es "IKÚ", que además de ser su designación para "muerte", también está de pié (personificada). El Yoruba lo hace responsable bajo la comisión de Olodumaré para matar y quitar a las personas de esta tierra. ¿Cuándo comenzó Ikú con esta función, entre los hombres? Ellos no le dan tanta importancia, pero hay una concepción de su principio que dice que Ikú, comenzó sólo a matar cuando él fué ofendido groseramente, cuando su madre se mató en el mercado de Éjìgbò-Mekùn, según Itan del Odù Òyèkú-méji: Wón pa ìyá ikú S' ójà Èjigò-Mekùn: Ikú gbó n' lé, Ikú han bí àagon Il'óyè Ikú han bí eyin arawo: Ó f' oká se Késé, Ó f'erè se bàtà, Ó f'àkekèé s' òjá Ikú ta orí ìgbá, Igbá gbìrì'a n lè: Ikú ta orí ègungun, Ègungun gbìrì' à n 'lè. La madre de Ikú fué matada en el mercado de Èjigbò-Mekùn Ikú oyó desde su casa Ikú chilló como un àgan de òyé (ágan, grito espantoso) Ikú corrió afuera como arawo (arawo: pájaro carnívoro Él hizo las espuelas a las cobras Él hizo los zapatos a las boas Él hizo el cinto a los escorpiones Ikú se cayó sobre el árbol con langostas El árbol de langostas se cayó inclinado sobre la tierra Ikú tumbó el árbol de seda blanco El árbol de seda blanco se cayó inclinado en la tierra. Esto está diciendo que la muerte empezó a matar porque la madre de Ikú fue muerta. No es entonces esta la creencia ortodoxa del Yorùbá sobre el origen de la muerte. La creencia común tradicional es que Ikú es una creación de Olódùmarè con el propósito específico de revocar a cualquier persona cuyo tiempo en la cumple. Por esta razón se sabe que él es Òjisé Orun, "el aguacil del cielo". Cuando ellos piensan en Ikú, entonces ellos lo describen como una deuda, que todos debemos pagar. Esto es tanto así, que dicen que la muerte es una porción inevitable y última de cada persona que entra en el mundo. Ellos actúan en la creencia de que cada uno debe llegar a la vejez viviendo en condiciones correctas. Por consiguiente, cuando una persona muere joven, ellos consideran que es una tragedia que lamentan mucho. Por otro lado, la muerte de una persona vieja es una ocasión de festejo, porque la persona "se ha retirado de su casa"... y sus niños viven para enterrarla. Debido a la creencia acentuada que Ikú viene a buscar principalmente al hombre viejo, el Yoruba a veces dice: Ikú Kìí pa ' ni, ayò ní í pani - "Ikú no mata, son los excesos que mata". Esto se refiere a la muerte, que da alcance a una persona violentamente, o prematuramente, a través de sus propias acciones inmoderadas, a diferencia del tipo de muerte natural y normal. "La llamada de Ikú a la casa del viejo". PACTO DE IKÚ CON ÒRÚNMÌLÀ Aunque la muerte es inevitable e imprevista, los Yorùbá creen y actúan en la creencia de que se puede diferir, de que se puede diferir a través de la intervención de Òrúmìlà y alguna y alguna otra Divinidad. Hay un Itán que cuenta que el secreto de Ikú, naturalmente incomodaba a los hombres, y en los comienzos era desconocido. Pero después, sin embargo Èsù sobornó al hijo de Ikú, que en consecuencia le reveló la habilidad que tenia Ikú para matar, el secreto estaba en el garrote (palo) Esa era la fuente indispensable de su poder encima de los hombres, prívelo de él, y se pondrá impotente, dijo... El próximo movimiento de Êsù para lograr su objetivo fue sobornar a Ìjàpá (la tortuga, el héroe más popular y sutil en las fábulas Yorùbá). Para ayudar Ìjàpá se puso a trabajar enseguida, y con una estratagema, le sacó el garrote a Ikú y lo tiró lejos. Ikú quedó impotente enseguida como había predicho Êsù... y todos se regocijaron diciendo: Ìjàpá òrúkú lówo ikú, oyé Ifé d' òfé - "Ìjàpá ha privado a Ikú de su garrote, se libera Ifé de su inquietud" Después, sin embargo, Ikú hizo un pacto con Òrúnmilà a condición de que Òrúnmilà le ayudara a recuperar su garrote. Él respetaría la intervención de Òrúnmilà siempre que cualquiera de sus víctimas se pusiera bajo su protección. El mito concluye diciendo que, de aquí en adelante, Ikú se lleva sólo aquellos que no se ponen bajo la protección de Òrúnmilà, o aquellos que están completamente listos para ir a la casa del Padre. Sin embargo, los Yorùbá saben que poco se puede hacer para diferir la muerte cuando Ikú está listo. Del refrán: Àrùn, làá wo, a kìí wo ikú – “Es enfermedad que puede sanarse, la muerte no puede sanarse, uno puede tratar la enfermedad con la medicina, pero no para la muerte”. En relación en el Odù Irosùn-Osó dice en estas tres líneas: Àìdé Ikú l'à n b'òsun Àìdé Ikú l'à n b' òòsà B'Ikú bá dé, Ikú Ò gb' ebo Es cuando Ikú no está listo entonces propicia Osùn Es cuando Ikú no está listo entonces propicia òòsà Cuando Ikú está listo no rinde los sacrificios. Este Itán es más para dar énfasis a la importancia y poder de Òrúnmilà en lugar de explicar la muerte. Otro Odù: Ìwòrì-Òsá dice: Ikú ì bá gb' owó, Owó l' à bá san: Òjisé Òrun Kìí gb' owó. Si Ikú aceptara el rescate Es rescate que nosotros habríamos pagado El aguacil del cielo no acepta el rescate. Así, es la creencia, más pronto o después, todos debemos morirnos. La muerte es la conclusión inevitable a la existencia terrenal del hombre. “DESPUÉS DE LA VIDA" ¿Qué es del ser humano después de la muerte?.. ¿Después de la muerte, que?... Este planteamiento para el Yorùbá se define así..." La muerte no es el fin de la vida, es solo que la existencia terrenal cambia hacia otro estado Êhin - îwà "después de la vida"... Èhin - Ìwà es de importancia más vital que la vida presente, sin embargo este presente, también puede ser próspero. El Yorùbá habla. Êhin-Ìwà tí segbón Òní - "después de esta vida - es superior al Hoy (presente). Todos las cosas que se hacen hoy (en el presente) hay que considerarlas como deudas en el futuro: Nítorí Èhin-Ìwà l' a se n se òní l'oore - "Es a causa del “después de la vida”, que nosotros tratamos al hoy hospitalariamente (que nosotros hacemos uso bueno del presente, no abusamos), en “después de la vida” aquellos que han terminado aquí, siguen viviendo”. Esta creencia se testifica de varias maneras: a) La alegría de la anticipación El Yorùbá que envejeció anhela sin miendo lo que pueda estar esperándole en la nueva vida, donde se liga para viajar según su merecimiento. Es una ocurrencia común oir un viejo refrán: Mò nre'lé -"yo voy a casa" o Ilé ti yá - "Yo estoy listo para casa". Significa que están listos para morirse y entrar a "después de la vida"... Cuando una persona vieja está hablando sola, abstraídamente, se cree que él está hablando con sus parientes o socios que ya han partido. Cuando se le pregunta, confirmará eso, diciendo que tales personas son muy viejas, y ya no escuchan lo que nosotros decimos acá, que está haciendo un arco con aquellos que están del otro lado. b) El entierro y Ritos del entierro Éstos se observan con algunas variantes, pero el motivo subyacente así como la rutina general es la misma. Los ritos están hechos de una manera que los sobrevivientes creen que el difunto está haciendo una jornada en otra vida. Inmediatamente la persona muere, el primer rito, es matar un ave que se llama Adìe-Ìrànà - "el pago con ave". Esto significa hacer el camino fácil para él. Cuando el cadáver está en condiciones, se coloca una comida "Yam", se pone al pié del féretro, ésta es la comida para el difunto. Durante el entierro real, los niños y parientes se reúnen alrededor, cada uno de ellos traen ropas, aves, o animales. El cuerpo se envuelve con esa ropa, que significa, que esa es la ropa que se pondrá en la otra vida. Cuando el cadáver se baja hacia su tumba, las personas acercan el animal al oficiante, y preguntan al difunto si lo acepta, le piden que no duerma en el Orun, que siempre cuide a los niños, vigilando y ayudándolos en sus dificultades. Las personas también envían mensajes, para que por su intermedio sea entregado a sus propios familiares que han partido antes. El oficiante desciende ahora a la tumba y realiza el rito de matar una cabra, se ponen orogbó, artículos personales del difunto, comida, condimentos al lado del cuerpo. Este rito es conocido como el Bí Bá `kù ya - hùn -"entrando en el convenio con el difunto". La parte esencial del rito, por consiguiente, es para decir adiós al difunto, su deber ahora es proteger y cuidar a los niños, parientes, socios, no se le permite a nadie emplear cualquier mandado de malicia, él ahora debe seguir su vida dichosa en el cielo. Unos días después del entierro, hay otro rito conocido como " fi fa según Òkú wolé" – "trayendo el espíritu del difunto a casa". Creen los sobrevivientes que podrán tener comunicación nuevamente con el difunto. Este rito comienza de noche. En una esquina de la habitación principal de la casa colocan un santuario, este es un lugar específico de reunión entre el difunto y los niños. Desde entonces ellos hacen ofrendas, piden favores especiales. Claro, aparte de este lugar, los Yorùbá sienten que ellos pueden hablar en cualquier parte con la persona difunta, porque ellos creen que ahora el difunto no tiene limitación alguna impuesta por esta vida física. Entonces él es quién elige el lugar… c) Los sueños y las apariciones El Yorùbá cree que el difunto puede verse en sueños o en incorporaciones, por medio de los mediums, y que ellos pueden impartir información o explicación, acerca de cualquier materia que la familia tuviera dificultad, ellos también pueden enviar mensajes, creen que los difuntos pueden aparecer en los caminos, en la casa, en la noche, para guiar, ayudar o molestar. El Yorùbá dice este canto fúnebre: ¡Ó di gbéré! ¡Ó d’ à-rìn-nà-Kò! ¡Ò d’ojú àlá! ¡Es una despedida interminable! ¡Es ahora una cuestión de encontrarnos al lado del camino! Está ahora en los sueños (nosotros nos encontramos allí) Por supuesto, otras personas dicen que aunque el difunto continúa en "la otra vida", no tiene nada más que hacer con los que todavía están acá. Cosas así están expresadas en un refrán que dice: Eni tó kú kò wę hìn mọ´, ó ti ọwọ rọ ti f ọwọ rọ igi `gbàgbé - " El difunto no molesta las cosas detrás" Ó Ẹni t ò kú ti re Òkè –Odò: ó ti f ọwọ rọ igi ìgbàgbé - "El difunto se ha ido al otro lado del río, él ha puesto su mano en el árbol del olvido" (Se olvidó de todos detrás cuando él salió) Así también, esta otra tendencia en el pensamiento de los sobrevivientes y los antepasados, ellos dicen que a veces parecen que están sordos, no escuchan sus oraciones. d) La comunión con los antepasados A estas alturas estamos en posición de ver el significado real de este fenómeno el que se ha dado el nombre de "Culto a los antepasados". La causa principal es la convicción invencible de que aquellos que han partido de este mundo, solo han cambiado esta vida por la otra. A consecuencia de entrar en esa "vida" han sido liberados de todos los refrenamientos impuestos por esta tierra, así ellos son poseedores de potenciales ilimitados, y pueden aprovechar esto para beneficio o en detrimento de aquellos que todavía se mantienen en la tierra. Por esta razón es necesario tenerlos contentos y pacíficos. Pero esto es sólo incidental. Principalmente el "Culto a los antepasados" es una extensión de una infinidad de actividades entre sus familiares. Aquellos que se mueren no permanecen en las tumbas. Sus cuerpos se pudrirán, pero ellos siguen intactos en esencia, solo se alejan del cuerpo, es más, miran todas las actividades de su propio entierro y su rito desde un costado. Ellos no salen de sus casas, hasta después de algunos días del entierro, y sólo después de ciertos ritos esenciales. Esto es consecuencia de que el difunto ya no está en su tumba, ellos no tienen doctrina de la resurrección del cuerpo, es decir ellos se dan cuenta de que el cuerpo permanece junto con sus pertenencias dentro de la tumba, pero, dicen que de inmediato a la muerte y después de oficiar los rituales necesarios, la esencia (el espíritu) de la persona, tiene que ir ante la presencia de Olódùmaré para recibir el juicio. Como el difunto nunca está realmente en su tumba, ellos todavía siguen siendo los padres o madres, los mismos que estaban antes capaces de seguir con sus funciones paternales, aunque ahora de una manera más poderosa y libre, encima de sus sobrevivientes. El Yorùbá dice: Bàbá mi - "mi padre" ó Îya mi - "mi madre", cuando de sus padres difuntos. Aunque hablan de traer el espíritu del difunto a la casa, ellos no dicen: "yo voy a hablar con el espíritu de mi padre" ellos dicen: - Yo voy a hablar a mi padre. Así el difunto continúa teniendo el título de cabeza de la familia, igual que cuando estaban en la tierra. Esto muestra que "el culto a los antepasados" es un acto de relación irrompible entre el padre que ha partido de este mundo, y su descendencia formando un arco en la comunicación. Esto está implícito en el Odù Ogbè-Ìròsun, cuando habla, dice: - Ud. Debe cumplir con su padre difunto, para que él pueda cuidar de Ud. y de sus niños. e) Egúngún y Òrò Estos dos cultos demuestran de forma muy concreta, la relación con aquellos que parten de esta tierra. Egúngún: Designación para el espíritu del difunto que está en comunicación. Se materializa en una figura que se diseña para dar la impresión de que el difunto está haciendo una reaparición temporal en la tierra. Esta reaparición puede ser un antepasado específico. Este rito "creado", el Egúngún puede estar una vez al año o más a menudo. Egúngún, también simboliza la concepción generada de que hay "un más allá"… y de que aquellos que se fueron allí, hacen un arco con los que están aquí, un cierre, una atadura activa. En este caso el Egúngún es sólo Ará Orun "El visitante del cielo". Él es materializado debajo de ropas de colores muy pesadas, no obstante, oculta sus rasgos principales… no se lo puede tocar, puede estar entre las personas, dentro del pueblo también de día, su grito es agudo y fuerte. Las características distintivas de Òrò, son su voz, su grito es como un aullido estruendoso, él aparece de noche, desde el bosquecillo, cuando entra al pueblo las mujeres deben esconderse. Tanto Egúngún como Òrò pueden representar a un antepasado específico, pero Òrò es más un símbolo de todos los antepasados en general. Egúngún y Òrò son instrumentos de disciplina, moralistas, ayudan al gobierno del pueblo. El Yorùbá acentúa la concepción de que Egúngún y Òrò, tienen esta motivación en común. Cuenta una historia que Egúngún y Òrò eran hermanos mellizos. Òrò era el mayor, ambos eran labradores de la tierra y era el deber de sus esposas vender los productos de su granja en el mercado. La esposa de Egúngún era muy económica y capaz por consiguiente de ahorrar y comprar ropas para su esposo, mientras que la esposa de Òrò no podía resistirse a las atracciones de la comida y dulces. Un día vino Egúngún muy bien vestido, con ropas nuevas, a invitar a su hermano a un paseo, pero Òrò no tenía ropas para ponerse, esto abrió los ojos de Òrò a las faltas de su esposa, entonces alcanzó un látigo y comenzó a azotarla. Ella ideó la manera de escapar, refugiándose en el pueblo, allí Òrò se da cuenta de que no podía seguirla, pues estaba desnudo. Por esto (lo de las mujeres que deben esconderse en sus casas cuando llega Òrò al pueblo). Así se reconoce hoy su grito estruendoso, de enojo, llamando a su esposa: ¡Búnnibum! Para que regresara a la casa, pues eran merecidos los azotes. Esta historia circula en los lugares donde conocen el rito a Òrò. f) Reencarnación parcial Es casi cierto que no hay ninguna creencia en la reencarnación en el sentido clásico en los Yorùbá; es decir en el sentido que la reencarnación es el pasaje del alma de un cuerpo a otro, porción del alma en cada ser determinado por su comportamiento en su vida anterior. El Yorùbá habla de À-tún-wá – "otra llegada" – la creencia específica del Yorùbá sobre aquellos que parten de este mundo es que una vez que ellos han entrado en el "más allá", y allí es que los sobrevivientes y sus niños pueden guardar una comunicación irrompible con ellos, sobretodo si fueron personas buenas, y la muerte los encontró en la edad madura. No obstante nos encontramos confrontando una paradoja, involucrada en la creencia del Yorùbá que las personas difuntas "reencarnan" en sus nietos, bisnietos. En primer lugar creen, a pesar de que el difunto continúa viviendo "en el más allá", que ellos continúan con todas sus cualidades hereditarias intactas. Secundariamente, se cree que ellos reencarnan, no sólo en sus nietos y bisnietos, también en varios nietos contemporáneos y bisnietos que son hermanos/as, tíos/as, primos/as, sobrinos/as…el anuncio es infinito. Todavía a pesar de estos "renacimientos", se tiene la idea de que el difunto mantiene intacto su vigor "en el más allá". ¿Ayudará que nosotros examinemos primero este proceso para tener alguna luz en esta paradoja "por cuál proceso se identifica esta “reencarnación" con los antepasados?"... MIMO ORÍ OMO Cuando el niño cumple 3 meses de vida, se consulta al oráculo, este rito se conoce como Mimo Orí Omo A"saber el Orí del niño" o " Gbigbo Orí omo "Oyendo al Orí del niño". Porque aquí el oráculo declara qué Antepasado ha reencarnado. Ahora esto es significativo; es notorio que la reencarnación de un antepasado es conocida como Yíya omo "volviendo a ser un niño" o "el encarnado". Si arroja un buen presagio, se dará bendiciones y buenos deseos, se dice que "los sobrevivientes han logrado el entierro y ritos del pariente con éxito". Á á yà lowo - "pueda que él, se vuelva niño para usted" Hay también una Adura que dice: Àwòyà á kún Oní o - "Puede que sea su vuelta" ¿Esto da una idea de incremento de multiplicación? Parecería entonces que aquí nosotros tenemos una creencia clara que el Orí del antepasado transmigra en el cuerpo de una nueva creación (el niño). Ahora, crea cierto desconcierto, entender que: es difícil detectar que ningún nieto puede tener el monopolio de un Orí hereditario, en estos casos tenemos que elegir entre la imposibilidad de transmigrar un Orí y la posibilidad de que los Orí pueden ser distribuidos de infinitas maneras, ninguna de estas alternativas, nos están llevando a algún lado. Así (Mimo Orí) o Gbigbo Orí omo) y (Yiyá omo) no puede establecerse esta creencia como prueba en la reencarnación en el sentido técnico. El hecho concreto es que hay ciertas características del linaje dominante que se siguen repitiendo a través de los nacimientos y asegurando la continuidad de la existencia vital de la familia o clan. Esto se prueba por el hecho que no es desconocido entre los Yorùbá, que el oráculo ha declarado que "un niño vuelve a ser". Los nombres Bàbátundé "retorno del padre" y Yétúndé " retorno de la madre" y otros nombres en la misma categoría que especifica el retorno de antepasados particulares, es muy sugestivo, mientras que para Gbigbo Orí y Yiyá omo, pueden incluir varias personas en reencarnaciones junto al mismo antepasado o ancestro, ninguno de estos nombres se repiten en más de un niño. Bàbátundé es el nombre de un muchacho, del bebé nacido inmediatamente después de la muerte de su abuelo, y Yetúndé de la muchacha nacida después de la muerte de su abuela. Ningún otro niño después de ambos de estos dos, puede llevar Bàbátúndé o Yetúndé (o cualquier otro nombre con la misma connotación), en referencia a los antepasados o ancestros. Debemos regresar al punto de esta discusión, que no es una resolución a la paradoja, pero el hecho es claro; el Yorùbá tiene la creencia sólida que es la realidad concreta "del más allá" - "Después de la vida". NUESTRA PRÓXIMA PREGUNTA ES AHORA … “¿DÓNDE ES... ESTO… DESPUÉS DE LA VIDA?" Generalmente uno puede decir que opiniones variantes en esta materia. Algunos creen que morirse es solo cambiar los lugares de esta tierra. El difunto continúa su existencia en otro país, en otra región, lejos de la anterior. Él se establece en su nuevo ambiente, empezando su vida, puede casarse, tener niños, tener negocio, puede tener una nueva pero normal existencia, hasta que muere. Las historias en el apoyo de esta creencia abundan entre los Yorùbá. Es claro que la explicarían con el título de fantasmas. Otros creen que sólo el malo, y aquellos cuyos días en la tierra no cumplieron, no aprendieron, por lo tanto no pueden regresar al cielo y continúa en alguna parte de la tierra. Esto explica como en la mente del Yorùbá puede acomodar en Ajiran y Ilé Ifé y algunos otros lugares de alrededor están morando los difuntos. Es en parte esta creencia lo que motivó el cuestionamiento entre los Yorùbá de la existencia de Elèré o Emèrè que se cree que es la causa del fenómeno del àbíkú. La creencia ortodoxa del Yorùbá en esta materia, después de la vida, es que hay un lugar definido donde el difunto va, el nombre general para el lugar se llama Orun, el significado original parece ser "la cara de" … y por consiguiente "el lugar de veneración" y de la "morada de las divinidades" Orun, cuentan que significa "El cielo donde Olodumárè y los Orişá moran. ¿DOS ORUN? Con referencia a “después de la vida”, Los Yorùbá, hablan de dos Orun, en primer lugar están: Orun Rere, Orun Funfun, Orun Bàbá Oni - Orun bueno, Orun blanco o Orun Padre. Los segundos son: Orun Buburú (Burukú), Orun Àpáàdì - Orun malo (esto es como basura celestial), es como el lugar donde apilan la basura en los lugares fuera del pueblo, o puede compararse a un horno donde hay fragmentos carbonizados de palos calientes, secos. Esta noción de Orun Iná, fuego, infierno, no es originaria de los Yorùbá, se ha introducido desde el Islam y el Cristianismo. El destino del difunto a uno de estos lugares es un factor decisivo, asignado en el Juicio por Olódùmaré. Vemos en esta observación, una realidad bien marcada en el Yorùbá, este juzgamiento es una convicción fuerte de que los pecadores no irán impunes, y ese juicio asiste a cada forma de pecado. Ellos dicen a menudo que si alguien sufre sin alivio: Ìwà ro ló ń f’ ìyà jo o ò “Es en el carácter de él que trae aflicción” Aò mo ohun ti ó şe ti Olorun ń fi Egba ro nà á - “Nosotros no sabemos las razones por lo que Olódùmarè lo aflige” Pero el juicio que el Yorùbá teme, es que a la mayoría de las personas les espera al final de la vida en la tierra, involucrando la agonía en el morir; que en “después de la vida”, el último veredicto se conocerá de Olódùmarè. El Yorùbá citará que los ejemplos espantosos de vidas que acaban trágicamente en la tierra, son en consecuencia de su carácter incorrecto. Algunos de estos, evaden las consecuencias de sus acciones, pero esto se ve en algunas personas que son visitadas por adversidades, como ser ciegas, como perder sus niños, o acaban anticipadamente con sus vidas, por remordimientos inexplicables. Otros, antes de su muerte y por el temor de lo que les espera en el final, hacen confesiones detalladas de sus malos comportamientos. Por esta razón, siempre que el Yorùbá piensa en el fin, ellos piensan dos veces antes de actuar. Aquí un ejemplo en este Esè: Odù Ètúra-Meji Iro pípa kì í wí pé k’ á má l’ ówó l’ Ilo dídà kì í wí pé k’ á má d’ àgbà, Şùgbon ojo à-ti-sùn l’ obò. Mintiendo uno no se priva de hacerse rico Rompiendo el convenio uno no se priva de llegar a la vejez ¡Pero, cuando llega la hora de dormir, allí nos espera una pregunta inevitable! Se ha mencionado a Akìíşe –“Él es tabú” es el principio retribuyente personalizado por Olòdúmarè, su función es rastrear abajo al pecador. Otros nombres para él: Ẹlẹsan “El vengador”, Abéèrè “Él es quien pregunta”. En una de estas tres capacidades, él se manifiesta de una manera inequívoca al pecador. Este refrán está en el Odù Ìrotò-Èdì Olosan á san k’ à à ì san Abéèrè á béèrè, k’ şàì bèérè O dá fún Orúnmilà T’ ó ęe Kìlokìlo fún omo rę T’ ako t’ abo. El vengador, venga, él no puede pero venga. Él es quien pregunta, él no puede pero pregunta. Ésta es la declaración del oráculo para Ọrúnmìlà Quien debía dar esta advertencia a sus hijos… Hombres y mujeres… Cuando la persona alcanza “después de la vida”, allí se enfrenta el último juicio, él tiene que dar explicaciones de cómo ha usado su vida terrenal, particularmente en referencia a su carácter. El juicio es ante Olòdúmarè aunque a veces, se dice que tendrá lugar ante Ọbàtálá, quien viene a lo mismo desde que Obàtálá es diputado de Olódumaré. Gbogbo ahun ti a bá şe l’ áyé, L’ a ó kúnlè rò l’ Orun. Por todo lo que nosotros hacemos en la tierra, Nosotros responderemos arrodillados en el cielo. A ó ro ‘ jo l’ ęsę Odùmàrè A ó ro ‘jó ęsę Obàtálá l’ Orun. Nosotros declararemos nuestro caso ante Olódùmare Nosotros declararemos nuestro caso ante Obàtálá Así una persona es asignada al lugar en el Orun bueno, Orun de los padres, o al Orun malo según veredicto. “ESTE ES SU ÚLTIMO DESTINO” En conclusión consideremos la calidad de vida “en el más allá”, el Yorùbá piensa que el hombre malo, es interminablemente infeliz en el Orun, la vida parece triste allí e incluso esta norma es peor en esta tierra. En las palabras finales al difunto, dicen: Má mà j’ okùn, Má mà j’ ekòló, Ohun ti won ńję Orun, Ni kí máa bá won ję. Usted no está nutriendo a los ciempiés Usted no está nutriendo a los gusanos de la tierra Que personas se nutrirán en el Orun Eso sí, usted debería de nutrirse allá Eso significa que él debe ir al cielo donde los habitantes se nutren de cosas buenas, y no al lugar malo. A esto algunos contestan: Má j’ Okún, Má j’ ekòló, Ilé ayé ní tií ‘ ba ni ‘ lo. Usted no está nutriendo a los ciempiés Usted no está nutriendo a los gusanos de la tierra Eso dependerá del carácter de usted en la tierra… La indirecta vaga de metamorfosis o transmigración de almas, que son ambas doctrinas extranjeras en el Yorùbá, mientras hablando estrictamente, se encuentra en esta conexión. Aparte de la posibilidad de una vida de miseria permanente; está también la posibilidad de que uno se transmuta dentro de una criatura inferior. Así dice esta triste canción: Ó kú tán, Ó d’ ewúré olú-jewe; Ó kú tán; O d’ àgùtàn olù-j’ imO; Ó kú tán; Ó d’ aláàmú tíí ‘jeun l’ ębàá ògiri; Él está muerto Él se vuelve una cabra que se alimenta de hojas Él está muerto Él se vuelve una oveja que se alimenta de las hojas de palma. Él está muerto Él se vuelve una lagartija que se alimenta a lo largo de las paredes. En general el Yorùbá, define que van al Orun bueno, cuando ellos entran a través de la verja, allí son esperados por todos los parientes y socios, que han ido antes, allí ellos les dan la bienvenida. Si una persona es auténticamente próspero y feliz en la tierra, la vida en el cielo será para él una copia agrandada de su felicidad. De hecho, la vida en el Orun es una copia más grande, es más libre, porque se descuentan los trabajos y dolores terrenales. El beneficio más seecto de conseguir el cielo para el Yorùbá es reunirse con aquellos parientes. Por consiguiente, Orun Bàbá Oni es un lugar donde el cansado, reposa y el bueno disfruta de esas compañías, es el premio a su bondad, conforta y da confianza el considerar así el fin de la vida. Con esta creencia el Yorùbá, puede enfrentar la perspectiva del “más allá” - “después de la vida”… Sabe que Orun es sólo el lugar donde vivirá nuevamente. Retornará a casa. .......... Referencias bibliográficas: See Chapter, E. Bolaji Idowu, Religion In an African (1953), The Religion of the Yorùbá, by J. Olumide Lucas, Yoruba belief. Gods, Yoruba. Social life and customs. The natural and The Supernatural, by Hohn Oman; The voice of Africa, by Leo Frobenius, Wande Abimbola, Enseñanzas en Ilè.
A alma da mulher através da história e do tempo
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